The Wise Virgins: William Walton, inspirado por las cantatas de Bach




Hete hoy la suite orquestal para el ballet de The Wise Virgins (Las Vírgenes Prudentes), de William Walton, que se inspiró en sendos pasajes de Bach para sus seis movimientos. El momento más famoso de la obra es el del quinto, el titulado Sheep may safely graze, compuesto, claro, a partir de la celebérrima aria pastoral así traducida de la BWV 208. Es una transcripción muy resultona, sin duda, pero como tantas otras: el verdadero valor del ballet está en traer a colación para el disfrute sinfónico otros pasajes de cantatas menos conocidas (junto al soberbio preludio coral BWV 727 del segundo movimiento, original para órgano).

Por ejemplo, la cantata BWV 99 con la que comienza The Wise Virgins, cuyo ritornello tiene un aire casi clavado al I want to ride my bicycle de Queen; o el aria de la BWV 85, que llega en tercer lugar transcrita para oboe concertante. Pero es el cuarto turno el más espectacular, sin duda alguna: Ah! How ephemeral, así titulado, a partir del coro inicial de la cantata BWV 26, con el coral a cargo de los metales y el refuerzo imponente de la percusión. Y tras el aria de la BWV 208, la obra acaba con el último movimiento de la BWV 129.

Comparto la versión del propio William Walton con la misma orquesta que estrenó el ballet el mismo año 1940 en que se hizo la grabación (comparar con cualquier otra la contundencia del Ah, How Ephemeral, que está en el minuto 9.27). Si lo veis desde YouTube podéis acceder a los demás minutajes en la descripción del vídeo.



A propósito, no me iré sin subrayar el infame argumento de la parábola bíblica de las diez vírgenes. En fin, como la hormiga y la cigarra pero con el triple de moralina, y una moralina religiosa, y machista, y egoísta, e hipócrita. Poligamias aparte, me imagino a más de uno rizando el rizo de la retórica y la metáfora para disculpar a Jesús o quien fuera que se inventase la historia.

El cuadro es de Hieronymus Francken el Viejo (ca. 1540, Herentals–1610, Paris). A la derecha, las aburridas vírgenes prudentes; a la izquierda, las vírgenes molonas y melómanas de la buena vida.

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